Los primeros recuerdos de la montaña, son un viaje de domingo abordo de un Seat 600 de un vecino mío, el Sr Paco, recuerdo mareos y vómitos calurosamente apretados, en el asiento trasero de scay sin ventanilla camino a la pedriza, a la que nunca llegué de lo malo que me puse, y que siempre dejé como reto, ya que nunca volvió a haber otra oportunidad igual.
Volví a intentarlo años mas tarde de jovencito, el estanque de las truchas, Cercedilla.... iba a dormir fuera, en una tienda de campaña, me tenia que hacer yo la comida, una lata de judías que jamas me hubiera comido en casa, y que allí, calentada al fuego de unas ramas de pino secas, me supieron a gloria.
Todavía me cruzo en las marchas que ahora hacemos, con aquellas fragancias de pino y helechos húmedos, de agua limpia que corre, de piedra lisa lavada, de musgo.
La ultima vez di la espalda al Pajaro, al indio, al yelmo....cuando no había cumplido los 15 años, he desempolvado aquella caja que guardé, con 46...el reencuentro es y serán las historias de este blog.
Voy a intentar plasmar mi reencuentro con la montaña, aquel viejo amor con el que siempre quise volver, y con quien me siento hoy muy unido.
Será un viaje de sentido hacia ella, serán las avalanchas que sufre cada día, cada sábado o cada domingo, por nosotros, los montañeros, yo contaré lo que sienta en las mias, y quizas también alguna sentida por su parte.... esto puede ser a veces de doble sentido.
Gracias en primer lugar a mi mujer ''Ani'' por su paciencia y comprensión..... y a Manuel Medina y a Agustín Martínez, por haberme dado la plataforma de despegue y el impulso tan descomunal, para poder llegar a ella como lo he hecho, sin ellos, y otros muchos que nombraré en futuras entradas, pero sin ellos primero, seguiría mirandola muy desde lejos.
